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CLAMOR POR VENEZUELA

El Tiempo

14 de febrero de 2015

 

 

La situación en nuestro hermano y siempre solidario país de Venezuela es desesperada, no solamente por los problemas de abastecimiento de elementos de primera necesidad, por la inflación galopante, por la inseguridad que viven sus habitantes, sino por esa especie de desesperación colectiva que impera en muchos, motivada por las acciones de un gobierno que hace mucho dejó de ser legítimo y que solamente ha servido para llevar a la ruina económica y social a un país que en otros tiempos demostraba una enorme pujanza económica y que, aún en medio de sus contradicciones sociales, miraba con esperanzas al futuro.

 

El gobierno venezolano gobierna con las armas del miedo sobre sus habitantes, miedo a que ocurra lo mismo que pasa con Leopoldo López, el carismático líder que se encuentra en prisión, que no tiene acceso a juicios justos, que jamás debió ser encarcelado porque en los regímenes democráticos la protesta no puede ser penalizada, máxime si es la mayoría de la población la que considera esa prisión injusta, y que han sido incontables las gestiones de los líderes internacionales que abogan por su libertad. Miedo también a que ocurra lo que pasa con las constantes amenazas que penden sobre otra joven líder, valiente y decidida, María Corina Machado, cuya voz no ha podido ser acallada.

 

El gobierno de Maduro no es el que se merece un pueblo como el venezolano, cuna de libertadores y de acciones extraordinarias a lo largo de su historia, la comunidad internacional debe dejarse de falsas solidaridades para con un gobernante que oprime a su pueblo, que no le deja respirar, en el que las carencias son cada día más visibles, y debe actuar con la responsabilidad que la gravedad del drama venezolano lo exige.

 

Dónde están la OEA, la Unasur, las Naciones Unidas? Esperan que la situación sea cada vez  más insostenible y se desemboque en mayores violencias? Por qué no se exige la liberación de los presos políticos, cuya vida e integridad peligran en unas celdas a las que no tienen acceso las visitas humanitarias de líderes extranjeros?.

 

Las equivocadas solidaridades no tienen sentido en el concierto de los países latinoamericanos que se jactan de vivir los períodos democráticos más largos de la historia, lo que se vive en Venezuela no es una democracia real, todo lo que está ocurriendo en ese país es un atentado contra los más elementales principios de democracia y de vivencia republicana.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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