SOLIDARIDAD CON VENEZUELA
La Hora
6 de marzo del 2014
Venezuela sufre, su juventud se desangra en protestas que se inician como pacíficas y que son brutalmente repelidas por la fuerza pública, que debería proteger al pueblo en lugar de atacarlo. La violencia se ha enseñoreado de un país que se ha demostrado siempre amante de la paz.
Es evidente que buena parte del pueblo venezolano se pronuncia por un cambio de la dirigencia que ha llevado al país más rico de nuestro continente a un estado calamitoso; sin que puedan satisfacerse sus necesidades básicas, con escases de elementos para el normal desenvolvimiento de la vida diaria, y con un gobierno que en lugar de buscar soluciones lo que hace es aguzar las diferencias, como cuando incita al saqueo y al ataque a las propiedades privadas.
Las voces de protesta que se levantan son numerosas pero todavía no son suficientes, a pesar de que se han pronunciado muchos, entre los que cabe destacar la actual campaña emprendida por artistas de diferentes partes del globo, falta el eco que deberían tener en los gobiernos democráticos de América y del mundo, que no pueden volver las espaldas a lo que está ocurriendo en nuestro hermano país.
En otras oportunidades, la comunidad de las Américas, representada en organizaciones intergubernamentales como la OEA, UNASUR, el ALBA y otras, han sido diligentes en enviar delegaciones, en reunirse para que el orden se restablezca, y allí no se habló de intervencionismos sino de solidaridades. Qué pasa que la comunidad internacional no reacciona? Porqué no se establecen comisiones de alto nivel que abonen al diálogo, que busquen una salida consensuada y democrática a lo que está sucediendo en todas las grandes ciudades de Venezuela?
El país que le dio a nuestra independencia lo mejor de sus hombres, sus libertadores, no puede ser abandonado en esta hora de dolor, las voces y las acciones deben unirse para demostrar que Venezuela nos importa y nos duele.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.