SIN TLC
El Tiempo
12 de abril de 2011
En días recientes, hubo declaraciones de los presidentes Santos y Obama, en las que manifiestan su decisión de perfeccionar el Tratado de Libre Comercio entre esos dos países, decisión que colocaría a nuestro vecino del Norte, en una situación ventajosa para comercializar sus productos en el gran mercado Norteamericano, con excensiones que beneficiaran a sus productores, de forma similar a como ya lo vienen haciendo los empresarios peruanos, es decir nuestros vecinos del Sur.
Que quiere decir esto? Indudablemente que en esa especie de sánduche en el que nos encontramos, o mas bien de limbo, a nuestros productores les quedara cada vez mas difícil introducir sus mercancías a ese mercado, y si lo hacen será en desventaja, frente a lo que ofrecen los países que si tienen acuerdos comerciales con los Estados Unidos.
La errática Política internacional ecuatoriana, nos ha colocado en esta difícil situación, que aparentemente no parece preocupar a las autoridades de nuestro país; como que no se dieran cuenta de lo grave de la situación.
Uno de los ejemplos mas dramáticos es el del sector florícola, que venia enfrentando ya problemas de falta de competitividad, producidos sobre todo por los precios de flete de los aviones que llevan las rosas a los mercados internacionales, ya que Colombia, al estar mas cerca, tener mas numero de vuelos, etc., podía ofrecer rosas a mejores precios en esos mercados en los que se compite. Ahora, sin que se haya renovado el ATPDA, sin que tengamos un acuerdo comercial especifico, como el referido TLC, la situación se pone cada vez mas difícil, y el gobierno lo único que hace es pensar en bonos compensatorios, con lo que, al final, el incremento de precios tendremos que pagarlos todos los ecuatorianos.
Como si todo esto fuera poco, ahora la situación diplomática aparece como muy tensa, luego del escándalo producido por los wikileaks, la reacción del gobierno ecuatoriano al expulsar a la embajadora norteamericana y la respuesta de ese gobierno, expulsando en reciprocidad al embajador ecuatoriano.
En este tipo de decisiones, si bien puede intentar en un comienzo responder con toda la firmeza y la osadía, hay que calcular también los impactos diplomáticos y comerciales que de esas medidas se desprenden y justipreciar las perdidas que entrañan para una economía tan dependiente como la nuestra el tomar ciertas medidas, que pueden conducirnos a una disminución en el volumen de exportaciones y a entregarnos en manos de alianzas que no nos benefician para nada.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO