SEDIENTOS DE PETRÓLEO
El Tiempo
30 de abril de 2012
Desde tiempos bíblicos se habla del betún, que se lo usaba para fines medicinales, y se considera al petróleo como el aceite de la piedra, que también tiene varios usos; pero es solamente a partir de la revolución industrial y sobre todo de la segunda mitad del siglo XIX, en que empieza a explotarse el petróleo de manera industrial, a raíz del hito en que se constituyó la perforación del primer pozo petrolero en el estado de Pennsylvania, en los Estados Unidos.
Desde ahí, la sed de petróleo del mundo, no tiene límites, no solamente para los tan codiciados combustibles, que mueven las maquinarias del mundo entero, sino también para la famosa industria petroquímica, que hace que hasta los más increíbles objetos de uso diario tengan componentes derivados del petróleo.
En este sentido, buena parte de la ropa que usamos, los esmaltes, la cosmética, la medicina, se han beneficiado de la famosa industria petroquímica.
Pero más allá de esas consideraciones, viene la preocupación ambiental, la que nos dice de la contaminación que su extracción genera, pero también los gases que la utilización de los combustibles de origen fósil está causando en el planeta. Esta preocupación se extiende gracias a la sobrepoblación mundial y a la extensión del uso de estos bienes que se han transformado en bienes de uso masivo.
Por ello, se habla con insistencia de la utilización de energías alternativas, que no han demostrado lamentablemente, adecuada eficacia en la sustitución de los de origen fósil, llámense carbón, petróleo o gas, en buena parte debido al crecimiento de la población, que en lo que si ha sido muy hábil, es en la creación de una cantidad exorbitante de excedentes, que denominamos "basura". Tal vez, como nos lo decía Gunter Pauli, en una reciente visita al Ecuador para hablarnos de su libro "Economía Azul", hay que prestar atención al funcionamiento de los ecosistemas y en como ningún otro, de los del reino animal, ha demostrado ser tan autodestructivo como lo es la especie humana.
En todo caso, todavía el mundo depende del petróleo, un mundo sediento de combustibles para hacer caminar el engranaje de las máquinas que ha creado y desarrollado. En los últimos tiempos vemos como otro gigante está despertando y su sed de petróleo no tiene límites, por ello, la China ha salido de compras y en búsqueda de la explotación de minerales y de petróleo en particular; por lo que debemos prestar cada vez más atención a este sediento gigante.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.