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¿SALARIO VARIABLE?

El Tiempo

22 de octubre de 2012

 

Cada día se colocan nuevas iniciativas sobre el tapete, nuevas ideas sobre el funcionamiento de la sociedad, sobre los impuestos, sobre las tasas, pero también sobre cómo se rige la vida de los ciudadanos,  las que generan discusión en mayor o menor volumen, las que provocan comentarios de la más diversa índole y a veces, se dice, se lanzan con la idea de que esas discusiones ayuden a olvidar otro tipo de situaciones que incomodan al régimen.

Sea o no valedero lo que mencionamos en el párrafo anterior, lo cierto es que la última ocurrencia del régimen sobre el salario de los servidores públicos, ha creado intranquilidad, tanto en el sector público como en el privado.

En este último, no regiría el llamado "salario variable", ya que ocasionaría inclusive demandas laborales, si  un mes un ciudadano trabajador gana un salario y en el siguiente este disminuye.

En cambio en el público, la numerosa burocracia que llena edificios  y edificios, el salario variable empezaría a regir pronto, y miraría, a partir de un salario básico, los incrementos o disminuciones que el trabajo del funcionario  o empleado podría sufrir.

En principio suena bien el que el desempeño sea el que determine el monto del salario, como pasa en una serie de países, empezando por los Estados Unidos de América, pero el temor que se hace presente es sobre cuáles van a ser los considerandos de esos incrementos o disminuciones, si estos van a estar medidos en función de la cercanía con el régimen? La participación en mítines y eventos a los que convoca el poder ejecutivo? El ritmo y la intensidad del aplauso otorgado a los discursos de quienes lideran el país?. En fin, podría extenderme mucho más en cuanto a los considerandos que seguramente se esgrimirán respecto de las características a considerar cuando se trata de alzas y bajas en el monto del salario.

Lo grave es que se podría caer en el subjetivismo por parte del patrón único, sin mirar evidentemente la eficiencia o no de la persona que trabaja o que es evaluada, y eso daría lugar a odiosos discrímenes.

La intranquilidad hará presa en muchos de quienes laboran en el sector público, lo que de seguro no contribuirá a tener un estado más eficiente, moderno, que efectivamente rinda cuentas y que no se guíe por el favor o la cercanía a quienes ejercen el poder.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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