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RÍO+20

La Hora

13 de junio de 2012

Es bueno que se de seguimiento a las temáticas, más aún si son de la relevancia que ameritan consensos o al menos acuerdos universales, y es bueno también que se escojan fechas conmemorativas para hacerlo. Pero lo más importante tiene que ver con que se de realmente cumplimiento a lo que se propuso o se decidió realizar.

 
En esta oportunidad, como no podía ser menos, hacemos referencia a la famosa cumbre de Río más veinte, que ya empezó a desarrollarse a través de eventos paralelos, en la antigua capital del Brasil, la ciudad maravillosa, dotada de una topografia tan especial que la vuelve única en el mundo.
 
Río más veinte, pretende hacer un recuento de lo ocurrido a lo largo de estos últimos veinte años, luego de la permanentemente mencionada Cumbre de Río, en la que se dieron cita la mayor parte de los países del globo, para hablar sobre los peligros del cambio climático,  el efecto invernadero, la responsabilidad de los seres humanos frente a las alteraciones que sufre la naturaleza, el deber ser de la humanidad en relación a ella y también la deuda de los países más ricos del planeta y por lo tanto los más contaminantes frente a los fenómenos que mencionamos.
 
En estos veinte años es seguro que hemos hablado mucho, algunos han actuado mejor que otros, pero, en resúmen diríamos que hemos sido bastante renuentes en el tema de la modificación de los hábitos, en la capacidad de pensar solidariamente y en función del futuro.
 
La reunión de Río, llevada a cabo entre el 3 y el 14 de Junio de 1992, sirvió para precisar más el concepto de Desarrollo Sostenible, para comprometer a los países en esta denominada Cumbre de la Tierra de las Naciones Unidas a través de la adopción de la agenda 21 y también para concienciar a muchos sobre los problemas sobrevinientes.
 
Ahora, veinte años más tarde, se intenta replicar esa cumbre, con la asistencia de más personas, tanto a nivel gubernamental como de la sociedad civil, se han previsto tal número de eventos que realmente es difícil orientarse entre todos ellos. El resultado más previsible tal vez sea un ejercicio colectivo de educación popular sobre los temas ambientales y de la sustentabilidad, todo lo cual abonará a un mundo mejor, en el que, desde luego, además de las precauciones a tomar, la ciencia tendrá un rol significativamente estelar.

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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