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QUÉ VAN A HACER?

El Tiempo

28 de marzo de 2012

 

La pregunta se refiere a los miles de estudiantes que no lograron pasar las pruebas de ingreso a la universidad, de aquellos que con deseos de seguir una carrera universitaria, se quedaron a las puertas de las mismas.

 

Por supuesto que sabemos que en ningún país la totalidad de la población que se gradúa en los colegios, quiere entrar a la universidad o consigue un cupo para ella, sin embargo cuando esa intencionalidad existe y no se consolida, habrá jóvenes que tienen que luchar con grandes dosis de frustración frente a la realidad con la que se encuentran.

 

La pregunta tiene también relación con la imbricación que debe existir entre los diferentes niveles de educación y saber si realmente la educación media o el bachillerato, están preparando eficientemente a los jóvenes para la universidad y si éstos vienen con bases suficientes desde la propia escuela o educación básica.

 

Alguna joven interrogada respecto a las dificultades que encontró en las pruebas de admisión, reconoció que lo más complicado tuvo que ver con conocimientos en matemáticas y el denominado razonamiento lógico.

 

La reforma a la educación básica que planteamos en el año 94 tenía como ejes fundamentales: la lectoescritura, las matemáticas elementales, el desarrollo del pensamiento y los valores y actitudes.

 

Por ello pensamos que a la hora de tratar de mejorar el desempeño de los estudiantes que quieren optar por una carrera universitaria, se debe mirar a la cadena que implica el proceso educativo entre la básica, la media y la universitaria; de lo contrario se aplicarán solo políticas parches, con muy modestos resultados prácticos.

 

Seguramente muchos jóvenes que no consiguen entrar a las universidades, optarán por un lugar en la llamada educación tecnológica o tratarán de insertarse en el aparato productivo, que tampoco está preparado para recibirlos. He ahí los dramas de nuestra educación.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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