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PARAGUAY, VENEZUELA...EL MERCOSUR

La Hora

15 de agosto de 2012

La geopolítica latinoamericana, parace que ahora danza al vaivén de los deseos del mandatario venezolano, empeñado en hacer sentir su hegemonía, como en una especie de trasnochado imperialismo, en toda nuestra América.

 

Lo extraño del caso es cómo le hacen juego economías mucho más sólidas y países más grandes, cuya presencia ha sido marcante a lo largo de la historia. El caso de Argentina no nos extraña, bajo la hégida de la dinastía Kirtchner, pero lo que sí llama la atención es el adscribirse de la enorme potencia del Brasil, ubicada ya como la sexta economía del mundo, que se pliega a los deseos del militar venezolano.

 

La demostración palpable de lo que manifiesto es el ingreso de Venezuela al Mercosur, luego de la expulsión del mismo grupo económico de Paraguay, país que decidió no seguir bajo la órbita de Venezuela, y que por ello ha sido sancionado.  La salida del Paraguay del Mercosur, se inscribe dentro de las absurdas retaliaciones tomadas por el grupo de países, a un país que ha sufrido innumerables recortes, abusos y que perdió buena parte de su territorio, inclusive su acceso al mar, a manos de sus vecinos. Parecería que la política de abuso continúa, cuando se lo separa de un grupo al que contribuyó a fundar y además se admite a Venezuela cuya presencia había sido largamente objetada por Paraguay.

 

Parecería que la única razón de la salida del país guaraní del grupo económico, sería el ingreso de Chávez al selecto grupo del Mercosur.

La injusticia de esta decisión ha sido apelada por Paraguay, que se enfrenta a un grupo que prefiere la compañía de los petrodólares venezolanos y no la de un país que geográfica, histórica y económicamente les debería ser más compatible.

 

Qué situaciones duras les toca enfrentar a los países que osan salirse de la hégida venezolana, pero ya es hora de que los latinoamericanos abramos los ojos y que los propios ciudadanos venezolanos  miren a donde les está conduciendo la era Chávez en términos de renta per cápita, de solución a problemas sociales, de generación de empleo y, sobre todo, de libertades.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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