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OJO EN VENEZUELA

La Hora

18 de julio de 2012

La geopolítica latinoamericana y la influencia que ha adquirido en más de una década de gobierno el presidente venezolano Hugo Chávez, a través de diferentes mecanismos, y el evidente liderazgo que tiene en el ALBA y la UNASUR, hacen que las elecciones que se llevarán a cabo en el mes de Octubre en Venezuela, sean percibidas como muy importantes para el futuro del continente, para su estabilidad y para saber qué ocurrirá en los países sobre los que tiene una mayor injerencia.
 
Desde 1999, ha transcurrido más de una década en la que el gobierno del coronel Chávez maneja el país, en medio de la controversia, con acusaciones respecto de temas de libertad de expresión y de enfrentamiento de la población que aparece más dividida y polarizada que nunca.
 
La decisión de la oposición de ir con un candidato único, aparece como la medida más indicada para contrarrestar la fuerza de quien, desde el gobierno, tiene todas las armas para ir de  reelección tras reelección. Cuando hay acumulación de poderes, tampoco existen las garantías suficientes respecto de la pureza de las elecciones y de los conteos de votos.
 
Del camino que siga Venezuela en las elecciones del próximo Octubre, dependen no solo el futuro de este país, sino también el de otros, cuyos gobernantes siguen a rajatabla el modelo impuesto por el venezolano; lo que les garantiza tener una Constitución hecha a su medida, una acumulación de poderes, la centralización de las acciones gubernamentales en la toma de decisiones.
 
La ganancia de las elecciones, garantiza para sus partidarios, la continuidad en el poder, y para quienes no están con el régimen un derrotero de problemas y falta de solución a los mismos.
 
Un triunfo de la oposición en Venezuela, cosa nada fácil, abriría la oportunidad para la ruptura del eje bolivariano, que conlleva solidaridades entre ellos, así como políticas conjuntas que hablan de la decisión de seguir por un camino, que ya se ha probado equivocado en diversas latitudes.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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