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OBAMA EN CUBA

La Hora

Marzo-2016

 

La visita del presidente de los Estados Unidos de Norteamérica a Cuba, se inscribe dentro de la política y estrategia de distensión adoptada por estos dos países en los últimos tiempos, lo que genera interés y emociones no solamente en los gobiernos y en los habitantes de los países aludidos, sino en el mundo entero y particularmente en nuestra América Latina.

 

Barack Obama no es un presidente convencional, su mismo origen étnico, pero también el recurrir de los tiempos, los desafíos a los que está expuesto, le han hecho actuar de la manera en que lo hace, impulsando y dando pasos que son significativos y dicen de sus intenciones y aspiraciones.

 

La visita de Estado, plagada de ceremonias oficiales y de declaraciones, tiene su punto culminante en discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana, en las palabras de un presidente que proviene del mestizaje, que pone ejemplos de su propia vida y de las de varios cubanos que están haciendo esfuerzos por incorporarse a una economía de mercado, a través de emprendimientos no siempre fáciles.

 

Obama fue aplaudido por el pueblo cubano, hubo manifestaciones espontáneas a su salida, el propio presidente cubano se sumó a los aplausos, pero inmediatamente vino la crítica de la prensa oficialista cubana, que pretende desvirtuar los logros conseguidos y como una política de mayor apertura pueda dar mejores resultados, ahora que la economía cubana no puede depender de la antigua solidaridad soviética ni de los más recientes petrodólares chavistas.

 

La importancia de esta visita, después de más de 90 años, realizada por un presidente norteamericano, no puede ocultarse, pero se evidenciará más con el pasar de los días, cuando podamos evaluar las consecuencias de la misma.

 

El pueblo cubano oyó, vio, sintió al presidente Obama, los vientos de libertad soplan sobre la isla caribeña, secuestrada por el poder omnímodo de gobernantes a perpetuidad.
 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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