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NADA DE EXCESOS

La Hora

17 de septiembre de 2013

 

Uno de los sitios que más atrae de la Grecia monumental, de aquella que se anhela visitar, de la que nos trae los recuerdos de las viejas clases de historia universal, es Delfos, el lugar del famoso Oráculo, donde los griegos y los habitantes de otras latitudes concurrían, pese a las dificultades geográficas, para obtener una guía de cómo sería su futuro, o qué suerte les deparaba el destino.

 

Sófocles, le da un lugar de preeminencia al Oráculo de Delfos, cuando vaticina el destino fatal de Edipo, cuando le dice que matará a su padre, se casará con su madre y engendrará hijos en ella, lo que ocasiona la inmortal tragedia.

 

De esas antiguas tradiciones, mencionadas por historiadores y literatos, lo que queda ahora es ese recuerdo histórico y unas ruinas monumentales recortadas contra el cielo azul del Mediterráneo griego.

 

Deambulando entre esas ruinas, uno puede hacerse a la idea de cómo eran los espacios cuando estaban en su apogeo, y, por supuesto, se lee la traducción en algunos carteles de lo que decían los muros del famoso templo de Apolo.

 

Por ello quiero traer para mis lectores, un par de frases de aquellas que se han preservado escritas en los muros del templo de Apolo, y que dan cuenta de la sabiduría del oráculo de Delfos, frases que impactan por su sencillez y por su veracidad, la primera dice de la necesidad de "conocerse a sí mismo" y la segunda dictamina "nada de excesos".

 

Qué de sabias continúan siendo estas frases, puesto que aparentemente seguimos muchos sin conocernos a nosotros mismos, sin prestarle atención a esa indagación interior y peor aún, si tomamos en cuenta los grandes excesos en los que continuamente caemos los seres humanos, más aún quienes ostentan los cargos de dirigentes que se piensa son eternos, sin tomar en cuenta lo efímero que entraña la vida misma.

 

La práctica del justo medio, de no irse por los excesos, es altamente recomendable. Cuánta razón siguen teniendo las palabras que los siglos no han conseguido borrar.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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