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...MÉTODOS ILÍCITOS...

La Hora

18 de julio de 2013

Sin lugar a dudas, la recientemente aprobada Ley Orgánica de Comunicación, es la que mayores comentarios ha despertado, tanto en el nivel nacional como internacional, y ha conseguido apelativos como "ley mordaza", entre otros. Otro tema que ha causado gran interés en el mundo entero, es la posición ecuatoriana, o mejor dicho del gobierno ecuatoriano en el sonado caso Snowden.

 

He querido enunciar en conjunto estos dos temas, que tienen innegable conexión en el ejercicio de los derechos de los ciudadanos y la protección de una de las principales libertades, que todo país debe plasmar en hechos más que con palabras, declaraciones y discursos; se trata de la libertad de expresión, que, aunque parezca algo que solo importa a los comunicadores o a quienes ejercen el periodismo, en realidad le incumbe o debe importarle al país entero. 

 

El análisis conjunto de estos dos temas arrojan que, por un lado el Ecuador es un gran defensor de la libertad de expresión, incluyendo de aquellos que se apropian por medios no del todo legales en sus respectivos países, de información clasificada, secreta o como quiera llamarse, y luego la comunican o la ponen a disposición de los medios de comunicación a nivel internacional.

Por el otro lado, la aprobada Ley Orgánica de Comunicación, establece, en lo concerniente al ejercicio profesional, que los periodistas y comunicadores deben "abstenerse de obtener información o imágenes con métodos ilícitos".

 

Cómo obtuvo y sobre todo difundió la información el señor Snowden? accediendo a conocimientos privilegiados, por su trabaja de "inteligencia" en su propio país. De ser ese el caso, y de ser el señor Snowden ciudadano ecuatoriano, qué habría pasado con la liberación de información reservada? Cómo habrían actuado las autoridades ecuatorianas con semejante filtración de información a la prensa? Cuál habría sido la situación de los periódicos o medios de comunicación privados o públicos que se habrían arriesgado a publicar dicha información?

 

De acuerdo a la legislación en vigencia, la situación del informante y de los medios habría sido tremendamente complicada y probablemente habrían acabado unos y otros en manos de la justicia.

 

He ahí un discurso que se cae por su inconsistencia y una demostración palpable de que el rasero se aplica de acuerdo a las conveniencias del momento.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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