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MIEDO A UNA MUJER

El Tiempo

25 de mrazo de 2014

 

El gobierno panameño ha demostrado coherencia en sus actuaciones frente a lo que ocurre en Venezuela, y, en goce de sus derechos, decidió ceder su espacio en la reunión de la OEA, para que la líder venezolana María Corina Machado expusiera la realidad de lo que está ocurriendo en ese desgarrado país, un país que a lo largo de la historia demostró ser cuna de libertadores y que ahora, paradójicamente, carece de libertades.

 

Pese a la valiente actitud de Panamá, la congresista venezolana no pudo hacer oír su voz, primero porque se decidió que la sesión debía ser reservada, y segundo porque se impidió que lo que debía constar como primer punto del orden del día, la situación de violencia que se vive en Venezuela, fue sacada del orden del día gracias a la obsecuente decisión de un grupo de países que no se dan cuenta del flaco favor que le están haciendo a la democracia y a la solidaridad continental.

 

Basados en la Carta Democrática Interamericana, aprobada en Lima en septiembre del 2001, los países miembros están en la obligación de velar por la preservación de la democracia y de la paz en los diferentes países que la conforman.

 

Sin embargo una mal entendida alianza por parte de varios países de la región, que aparentemente obedecen a la égida castrista pone, una vez más, en tela de juicio la eficiencia de los mecanismos y organismos multilaterales.

 

A qué le temen los países de la OEA? A escuchar de labios de una mujer que no se queda en vanas argumentaciones, sino que lleva la verdad de las vivencias que le han tocado experimentar?, a avergonzarse por ese cruce de brazos inaudito en el que han caído los países y sus gobernantes?

 

Claro que María Corina dejó oír su voz frente a los medios de comunicación, pero no pudo cumplir su decisión histórica de decir lo que ocurre en su país, en donde los jóvenes mueren por protestar frente a un régimen que no cumple sus expectativas, que tiene un ejercicio económico desastroso, que ha polarizado a la población, que no puede garantizar la seguridad de sus habitantes, ni el abastecimiento de productos básicos, que expulsa a muchos de sus hijos que deciden salir porque el país no está brindando las condiciones adecuadas de vida.

 

La actitud valiente de los jóvenes de Venezuela, el liderazgo de gente como María Corina Machado, debe ser respaldado, debe conseguir el eco necesario como para que se cambien actitudes, como para que se busquen soluciones y se enrumbe de la mejor manera al querido país de Miranda, de Bolívar, de Sucre.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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