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MÉDICOS AL BANQUILLO

El Tiempo

5 de noviembre de 2013

Una de las más nobles profesiones es la de médico, y no lo digo de memoria, tuve la suerte de acompañar a mi padre, médico de profesión y de vocación, en sus innumerables tareas, cuando ejercía su trabajo como pediatra, que constituía un apostolado, visitando a los niños enfermos en sus casas, pasando visita en el viejo hospital San Vicente de Paúl, atendiendo a decenas de niños cada día en el antiguo dispensario de la Gota de Leche, recibiendo en su consulta a tantas madres atribuladas, que llegaban no solamente de Cuenca, sino de otras ciudades y provincias, para escuchar de sus labios el consejo prudente, para obtener el tratamiento sanador de vidas. 

 

Valga este prolegómeno, para entrar en la materia que quiero tratar el día de hoy, y es la situación de los médicos en el país, en buena parte provocada por una ley que quiere sancionar la mala práctica médica, con disposiciones que preocupan a los galenos, que saben que su accionar debe estar normado, pero que temen a los excesos de la judicialización de la medicina, que sienten que puede desatarse una injusta persecución contra quienes ejercen esta maravillosa profesión. 

 

Por supuesto que en toda actividad humana hay buenos y malos profesionales, pero en general podemos decir que la mayor parte actúan de buena fe y con conocimientos. 

 

El otro tema que en ocasiones pende como una especie de espada de Damocles, es el anuncio de que traerán para reemplazar a los médicos ecuatorianos, a médicos cubanos. Muchas veces , y no solo en el Ecuador, se han puesto de moda y se pondera a los profesionales de la isla caribeña, que, por lo que sabemos no tienen acceso a lo mejor de la medicina en su propio país, en donde escasean elementos indispensables para el ejercicio de su profesión. 

 

Hace poco, escuchamos como en el Brasil, los médicos cubanos evaluados no habían pasado dichas evaluaciones, por lo que se les estaba retornando a su país de origen. 

 

Si bien algunos mandatarios latinoamericanos concurren a los hospitales cubanos, parece que éstos no son a los que tiene acceso el común de la población de la isla. 

 

En fin, hay mucha tela que cortar: Leyes para los nacionales, exigencias, situaciones de falta de medicinas y de insumos en hospitales públicos, anuncios de la venida de contratados internacionales.

 

Suficientes motivos de estrés para los galenos nacionales y de preocupación para la población que sabe de la importancia de este tema para el bienestar colectivo.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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