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LA LENGUA MATERNA

La Hora

5 de marzo de 2015

 

La Unesco consagra un día en el calendario, febrero 21 de cada año, como el día de la lengua materna, seguramente considerando la importancia de la lengua en la que se nace, se cultivan los afectos, se reconoce el mundo, para el aprendizaje de destrezas tales como la lecto escritura.


Y a pesar de ello, de reconocerse esta validez y trascendencia, es poco lo que se habla sobre lo vital que resulta el que los niños aprendan las primeras letras en su lengua de origen, lo que coloca también el foco de atención sobre la necesidad del respeto a la diversidad y la tolerancia para quienes no son iguales a nosotros.


La identidad se construye también en base a una lengua materna, que aparece como parte fundamental de la cultura, como acceso a las claves que nos cimentan como pueblos, con sentido de pertenencia al grupo en el que nacemos y nos criamos.


En este sentido, vale la pena resaltar lo importante de tener acceso a la información, lo que conlleva que además de aprender las bases del conocimiento en la propia lengua, vayamos incursionando en los otros lenguajes que nos posibilitan el uso de herramientas indispensables en los actuales momentos que vive la humanidad, por ello debemos referirnos a aquellas que tienen que ver con la tecnología, con la cultura digital, con la capacidad para adaptarnos a lo que se viene y que implicará el uso cada vez más frecuente y constante de esos otros lenguajes.


Alguna vez hablábamos, cuando se trataba de una reforma educativa integral, de hacer que los niños aprendan los rudimentos y las bases del conocimiento, en la lengua que "maman de sus madres", así, la leche materna y la lengua materna aparecen como imbricadas de manera indisoluble en la construcción de la personalidad de cada uno de nosotros.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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