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LAS LIBERTADES

El Tiempo

24 de febrero de 2015

 

 

La vigencia de la ley de la selva sigue pesando en la convivencia de los seres humanos, y esto lo digo porque parecería que seguimos empeñados en hacer nuestra voluntad, en sojuzgar a los otros, en coartarles las libertades, en querer imponer la voluntad propia a toda costa.

Las muestras son significativas y dolorosas en prácticamente todas las latitudes del mundo, pero se acentúan en ciertos lugares, y un ejemplo de ello es lo recientemente ocurrido en Venezuela, donde el alcalde de Caracas, la ciudad capital, Antonio Ledezma, fue capturado sin fórmula de juicio, sin que primen los derechos constituidos y hasta el singular y siempre dejado de lado, sentido común.

Cómo es posible que ocurra esto ante la vista y paciencia de los líderes del mundo? de un pueblo que se siente atemorizado frente al imperio de la fuerza y de la sinrazón?.

Por otro lado, y sin ir más lejos, en nuestro propio vecindario, vemos situaciones bochornosas para la justicia ecuatoriana, cuando un caricaturista es llevado nuevamente ante la justicia, y vienen las sanciones contra los medios de comunicación y contra los periodistas y caricaturistas como es el caso de Bonil, sabiéndose que la caricatura es en su propia esencia, desacralizadora, irreverente para con el poder, que provoca la risa o la sonrisa, con la forma sintética, gráfica, de mostrar el lado ridículo de la noticia.

En este sentido, vemos como cada vez se sigue estrechando más el cerco y son más evidentes las intolerancias y el accionar de los poderes frente a la disidencia, pensándose en que solo una persona o grupo de personas tienen la razón y el resto debe sor sojuzgado, para lo que conspiran las leyes aglutinadoras de poder, las acciones de los círculos que no se dan cuenta de que la forma de gobierno democrático sufre, pero sobre todo la fé en la posibilidad de cambios verdaderos y la vigencia de los derechos humanos.

El tema de la libertad es recurrente en estos tiempos de cólera, de autoritarismos, de falta de respeto a los más elementales principios de convivencia y paz.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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