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LA PUERTA DEL SOL

El Tiempo

17 de diciembre de 2012

 

Uno de los sitios más emblemáticos de Madrid, es la llamada Puerta del Sol,  puerta de acceso a la ciudad amurallada en el siglo XV, que recibe el  nombre de un dibujo del sol colocado en la parte superior; actualmente es una plaza a la que confluyen todos quienes visitan la capital española y quieren disfrutar de ese ambiente bullicioso y cosmopolita, ubicado a pocas cuadras de la Plaza Mayor, considerada también como el kilómetro cero de las carreteras radiales españolas desde el año 1950.

 

La plaza  atrae las miradas y los pasos de miles y miles de españoles y extranjeros que se dan cita en este espacio a cualquier hora del día o de la noche y que contempla los agitados y presurosos pasos de muchos, pero también los calmados o despaciosos de gente que quiere salir a tomar un poco de sol o a participar de lo que ocurre entre la gente que se congrega allí, es ahora también uno de los puntos en los cuales los famosos Indignados españoles salen a protestar por la situación económica y social que vive la sociedad española.

 

En efecto, la noche del sábado en la que me tocó estar por allí, pude ver una importante concentración de personas, en este caso no solamente jóvenes como en anteriores oportunidades, sino muchas personas mayores, protestando por la privatización de los hospitales, lo que pondría en serio riesgo esta importante área, sobre todo en momentos en que la crisis se abate sobre un gran segmento de la población.

 

Este sábado ví a la gente angustiada, paradójicamente en torno a un enorme árbol de navidad que podía observarse desde lejos, colocado ahí por la cercanía de las fiestas religiosas; las personas no miraban al árbol, más bien demostraban su angustia, esa impotencia de no poder salir adelante en medio de una situación que se prolonga ya por largo tiempo.

 

Durante el domingo, si bien ya no estaban los indignados protestando, la cantidad de gente, en un ambiente más festivo, de conversar, de salir con amigos, de disfrutar de este punto de encuentro, mostraba a una gran multitud, sin las grandes bolsas o paquetes que usualmente las personas cargan en estas épocas ya totalmente en vísperas de la navidad o del famoso día de reyes que es el más celebrado por los españoles; lo que también es un indicativo de recesión y de crisis en una sociedad acostumbrada a celebrar por todo lo alto las festividades del mundo católico.

 

Lo que si pude ver es las taperías y restaurantes abarrotados, por nacionales y turistas, disfrutando de los famosos bocadillos, de los pulpos al ajillo, de la tortilla de patatas, de los diversos tipos de jamones y salchichas, que nos dicen que aún en medio de la crisis, se conserva el  apego a tradiciones y costumbres enraizadas.La Puerta del Sol conserva su encanto, ese aire mágico que atrae los pasos de los transeúntes, ese lugar en el que la gente se cita para charlar, para planificar actividades, para salir a comer o simplemente para estar disfrutando de la atmósfera que en su torno se concentra.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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