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¡QUÉ BUEN EJEMPLO!

La Hora

22 de octubre de 2015

 

Cuando analizamos el juego de la política en los diversos países latinoamericanos, encontramos algunos denominadores comunes, pero también algunas sustanciales diferencias.

 

Voy a referirme a una de ellas, que indudablemente nos dice también de cómo los países solucionan sus problemas y como los gobiernos se ponen a la altura de las circunstancias, para enfrentar los retos que se les presentan y procurar  bienestar a los pueblos que les han confiado sus destinos.

 

Esta reflexión viene a propósito de una noticia del cable internacional que recoge la convocatoria realizada por la presidenta Bachelet a los expresidentes de su país, para dialogar sobre el proceso de reforma constitucional chileno. Todos sabemos los problemas que ha enfrentado la presidenta de este país en su segundo mandato, así como la baja en su 

popularidad, pero también estamos conscientes de que no cierra las posibilidades de diálogo y que convoca, aún a quienes no tienen una similar forma de pensamiento, o a quienes, teniéndolo, tal vez le aporten con nuevas formas de enfrentar esos retos.

 

Si vemos a otros países del continente, incluyendo el nuestro, vemos que ese tipo de actitudes no menudean, no son frecuentes, o más bien dicho son inexistentes, parecería  que, según la idiosincrasia reinante, esa convocatoria sería un signo de debilidad más que uno conciliador.

 

No somos dueños de la verdad, no tenemos todas las soluciones, no sabemos todas las respuestas; en este sentido, qué bien se vería un diálogo constructivo entre personas con experiencias diversas, pero que pueden aportarle al país en momentos de crisis como los que actualmente atravesamos.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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