SI BAJARAN LOS IMPUESTOS...
El Tiempo
20 de enero de 2015
La reciente noticia generada en los Estados Unidos y concretamente en la ciudad de Nueva York de que el gobernador del estado Andrew Cuomo, ha decidido una sustancial baja en los impuestos para los pequeños negocios, del actual 6,5% al 2,5%, me ha puesto a pensar en cuán distintas son las cosas en nuestras latitudes, en nuestro país, en donde cada vez los impuestos son mayores y se tiende más bien a inventar nuevas formas de extraer de los ciudadanos emprendedores quienes tienen negocios, empresas o ejercen una profesión liberal, la mayor cantidad de recursos, obstaculizando de esta forma los emprendimientos, causando preocupación en los ciudadanos, haciéndolos sentir como una especie de clase sánduche entre los diversos sectores de la sociedad.
Así, además del impuesto a la renta, se debe pagar el famoso IVA, es decir el impuesto al valor agregado; si se come en un restaurante, por más ínfimo que sea el consumo, le cargan también el valor del servicio, que se ha transformado ya en un verdadero impuesto porque además se estila dejar una propina a quienes le atienden; hay el impuesto por la licencia de operación; se pagan impuestos por las herencias, legados y donaciones; si los individuos viajan deben para el 5% del impuesto de salida de capitales; si decide importar algún objeto o dedicarse a los negocios, los impuestos se multiplican; si decide hacer una transacción, como la venta de un inmueble, municipios y notarios se quedan con una tajada importante. Hay por supuesto que pagar el impuesto predial y en la planilla de luz y teléfono suelen darse también recargos y contribuciones.
En fin, la lista es aún más larga, lo que significa al mismo tiempo que un perjuicio para los atribulados contribuyentes, también un agobio a la hora de pensar en lo diversificados y múltiples que son los impuestos en el país. Y eso que no hablamos de los peajes, los que se pagan por los espectáculos, los que se nos recarga cada vez que usamos una tarjeta de crédito....
Por supuesto que sabemos que en las actuales circunstancias del mundo y la marcha de los países, es necesaario contribuir si queremos tener carreteras, calidad de servicios, etc, pero tampoco hay que exagerar, tal vez habría que mirar el ejemplo del gobernador de la metrópoli estadounidense.
Si bajaran los impuestos, tal vez crecería la producción y nos volveríamos más competitivos en los mercados globales.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.