HOSPITALARIOS PERO.....
La Hora
3 de enero de 2013
Según datos recogidos por la prensa nacional que citan como fuente estadísticas oficiales, alrededor de 56.000 personas han obtenido el estatuto de refugiados en el Ecuador durante la última década, entre ellos puede contarse el refugiado más famoso, el inquilino de la embajada ecuatoriana en Londres, el Sr. Julian Assange.
La mayor parte de estos refugiados es proveniente del vecino país de Colombia, y en algún momento las autoridades de los dos países deben sentarse a dialogar para evaluar lo que le ha significado a nuestro país una política de hospitalidad permanente en costos económicos y sociales, y eso que solo hablamos dentro de la legalidad y no mencionamos los otros miles de indocumentados que permanecen al interior del país y sobre todo en las zonas fronterizas.
Otra noticia con la que termina el año es con el recuento de la cantidad de droga decomisada dentro de las fronteras ecuatorianas, capturas que han venido a incrementarse y que hablan también de porcentajes enormes no recuperados, es decir que cumplieron su objetivo de salir del país en la búsqueda de los mercados en los que habitualmente se ubican los consumidores.Estos dos datos unidos nos indican los cambios que ha sufrido el Ecuador en los últimos años, se ha transformado por una parte en el mayor recipientario de refugiados de América Latina y por otro ha dejado de lado su tradicional ubicación de país de paso de la droga, para ser asiento de mafias internacionales y de laboratorios de procesamiento de drogas, lo que nos pone en una especial y delicada situación frente al mundo.
Es también notorio el incremento de la violencia en las calles, el número de asaltos a mano armada, las muertes por sicariato, los secuestros, que indican que aquella isla de paz quedó en el pasado y que hemos transformado para peor a la sociedad ecuatoriana.
No es agradable hablar de esto en una columna con la que comenzamos el año, pero tampoco podemos taparnos los ojos frente a la realidad.No será hora de evaluar nuestra política de puertas abiertas? Ser hospitalarios es bueno....pero tampoco hay que exagerar.
Feliz año, esperemos tiempos mejores!.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.