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EXTRAÑO AL VIEJOOOO!

La Hora

21 de marzo de 2013

 

Tenía la expectativa por conocer al nuevo aeropuerto, por supuesto sabiendo ya que me tocaba gastar más tiempo en el trayecto desde mi casa, ubicada en el sector Belllavista, hasta el nuevo aeropuerto de la ciudad de Quito.

 

Como mi vuelo salía en la madrugada, no tuve problemas de tráfico, fueron exactamente los 40 minutos previstos, y yo estaba contenta, había ido con el tiempo suficiente para superar los imprevistos, o al menos eso quería.

 

Luego de entrar en el gran canchón de aeropuerto, en donde se nota que todavía falta afinar los detalles, se ven agujeros en el piso, letreros a medio colocar, grandes espacios vacíos en los que seguramente irán las tiendas y almacenes que ganaron las concesiones; por ahora hay todavía muchos espacios vacíos.

 

Pero, y ahí venía la sorpresa, la cola de Copa era larguísima, los funcionarios de la compañía no eran suficientes, uno de los balcones no atendía, al inquirir me dijeron que la balanza estaba dañada. Mi paciencia iba llegando al límite, fueron más de 60 minutos de espera, y eso porque al final vinieron en auxilio personal de primera y clase ejecutiva, que aceleraron un poco el proceso.

 

Pasada esta primera traba, nos topamos con la segunda, los filtros de seguridad, otra fila, funcionarios poco entrenados, unas enormes columnas que suponemos soportan el edificio, dificultan el acceso, las columnas o los filtros están mal colocados.

 

Casi media hora después, me acercaba ya a migración para que sellen mi pasaporte, otra fila de 20 minutos.

 

Parecería que la modernidad del aeropuerto no confluía con los procesos retardados y con la ineficiencia por el otro.

 

Ya adentro, se notan esfuerzos por terminar los acabados, pero todavía falta mucho, es un aeropuerto terminado a medias.

 

Además de la infraestructura física, se debe hacer un esfuerzo por capacitar de debida forma al personal .

 

En todo caso, por ahora, sigo extrañando al viejo aeropuerto, que, con todos sus defectos, nos brindaba un servicio de mejor calidad y más cerca.

 

No quiero ni pensar en lo que será llegar en horas pico, con el tráfico masivo que suele registrarse y con la estrechez de la vía en ciertos pasajes, lo que dificulta el arribo.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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