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MÁS SOBRE LA EXCELENCIA

El Tiempo

28 de abril de 2015

 

Cuando se asumen vocaciones de por vida, no se escatiman esfuerzos en lograr los fines propuestos, esto es lo que ocurre con la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina, que, desde hace siete años, enfrentó el reto de convocar a un concurso nacional, que se ha vuelto ya internacional en las dos últimas ediciones, a todos los maestros a fin de que, en base a la presentación de proyectos, se hicieran acreedores al Premio a la Excelencia Educativa, simbolizado en una estatuilla, NOUS,  que significa conocimiento, y que reposa en las manos de los mejores maestros del Ecuador y del continente Latinoamericano.

La ceremonia de premiación fue el pasado 21 de Abril, en un escenario magnífico, el de la Casa de la Música, en la capital de la república, con la asistencia de un público numeroso, conformado por maestros, pero también por autoridades, y por gente a quien le preocupa la educación.

La emotividad de la ceremonia estuvo dada por el entusiasmo de los maestros y maestras, por sus expresiones de júbilo cuando supieron que habían ganado, a más del NOUS, también becas, viajes, libros, cds., y fue relevante la presencia de un sacerdote español radicado en la Amazonía Peruana, quien expresó su gratitud por el premio a los que no tienen voz, los niños que son traficados para la venta de órganos y la prostitución y que el padre Ignacio María Doñoro, de origen vasco, con una trayectoria impresionante en varios países, rescata, gracias a su trabajo tesonero y sin mirar los peligros y los avatares de esta dedicación. El padre Doñoro alzó la estatuilla en sus manos, y arrancó lágrimas y aplausos con sus expresiones y su actitud.

El trabajo de Fidal, poniendo de relieve a maestros y sus trabajos, a dedicados ciudadanos de diversas partes del mundo, cuyos esfuerzos se visibilizan a través de la concesión de un premio, rinde frutos óptimos, se riega la buena nueva, se replican proyectos, se fortalecen los ánimos y se persiste en la decisión de entregar lo mejor de sí mismos a la noble tarea de enseñar.

A lo largo de estos siete años, se ha consolidado la convocatoria del concurso, con la presencia de todas la provincias del Ecuador y de países como Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Guatemala, Honduras, México, Perú y esperamos que en los años subsiguientes, continúe expandiéndose la necesidad de premiar a los mejores maestros y maestras.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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