ROSALÍA ARTEAGA SERRANO
La situación que vive actualmente el Ecuador, luego de los ataques de la narco delincuencia organizada en la frontera norte, con la muerte de los cuatro marinos, decenas de heridos, así como el secuestro y luego asesinato de los tres integrantes de diario El Comercio, nos demuestran que el Ecuador no es ya el país de paz que siempre nos preciamos de tener.
Frente a ello, quienes tienen mayor responsabilidad son los gobernantes. Es claro que lo que hizo el gobierno de la década perdida fue terrible, ya que no cuidó la frontera norte, pese a que se avizoraba una situación de crisis, por la firma de la paz entre la guerrilla y el gobierno del vecino país, que dejó muchos cabos sueltos, entre otros los miles de exintegrantes de las FARC que continuaron armados y con un historial delictivo que los predisponía a continuar con ese tipo de actividades.
Los últimos acontecimientos que desembocaron en la pérdida de vida de tres ciudadanos ecuatorianos, que nos ha conmocionado a todos, nos demuestra que no estamos preparados para situaciones de este tipo. Por ello es necesario recomendar el que se tracen las estrategias necesarias para que no vuelvan a repetirse estos dolorosos momentos que enlutan a las familias, al gremio de periodistas y al país entero.
Una estrategia que debe estar acompañada de discreción que no permita el que los propios delincuentes estén monitoreando lo que ocurre en los estamentos gubernamentales, policiales, militares, y para ello es necesario trabajar en conjunto con los comunicadores, así como con otros sectores de la sociedad.
El otro integrante de lo que se necesita es la fuerza, sin vacilar se deben tomar las acciones necesarias, se lo debe hacer con contundencia contra criminales que no vacilan en secuestrar y en matar. Esa fuerza debe estar en manos calificadas tanto policiales como militares, sin crear cuerpos paralelos que ya sabemos cómo terminan y que terribles historias desatan.
ESTRATEGIA, FUERZA, DISCRECIÓN