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ENDEUDAMIENTOS

La Hora

29 de junio de 2012

La alerta presentada por el gobierno hace algunas semanas, en relación al endeudamiento de los ecuatorianos, sobre todo a través de mecanismos como las tarjetas de crédito, podría ser una medida de prudencia que deba auto administrarse el mismo gobierno.

 

Todos sabemos que los endeudamientos más allá de las capacidades de pago y/o el gasto de todos los recursos de los que se disponen, conllevan a tener fatales consecuencias, y esto se replica tanto en el nivel privado cuanto en el  público.

 

Estamos viviendo una época en la que han ingresado cuantiosos recursos al estado, hemos tenido precios récords en las ventas del petróleo, se han hecho descubrimientos de minerales, que le aportarán al país cuantiosas regalías y cobros en calidad de impuestos para las empresas que los exploten. Sin embargo, eso que se recomienda a los particulares, es decir, hacer acopio de recursos, actuar con prudencia, no se aplica a las finanzas públicas.

 

Creo que por eso ha sorprendido el llamada de atención hecho por el propio Jefe del Estado a los ecuatorianos en cuanto a endeudamiento, una especie de que no se practica lo que se predica, por más que el consejo sea positivo, para evitar caer en las famosas burbujas que tanto daño le han hecho y le siguen haciendo a las economías del primer mundo, tanto en Europa como en los Estados Unidos.

 

La necesidad de ahorrar cuando se goza de ingresos mayores a los acostumbrados, es algo de lógica y de sentido común, además de la atención que debe prestarse a todo lo que tenga que ver con los endeudamientos, parece fácil hacerlo, y hasta deja de  prestarse atención a las tasas de interés que generalmente aparecen en letras pequeñas, pero que luego tienen un efecto cascada, tanto en las economías domésticas como a las en gran escala, incluyendo las finanzas públicas.

 

La mesura es necesaria en las diferentes acciones de la vida. Ojo con los endeudamientos privados y públicos.

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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