EL OPTIMISTA RACIONAL
El Tiempo
24 de julio de 2012
Estoy tomando prestado el título de un libro para escribir este artículo, el del autor británico Matt Ridley, zoológo y difusor de la ciencia a lo largo de su vida, quien, al contrario de muchos otros panegiristas del derrotismo y del pesimismo, hace un análisis en el mencionado libro "El Optimista Racional", de la historia del progreso humano en estos últimos 200 años, y encuentra en este análisis, absolutamente racional, muchos motivos para la esperanza en un mundo mejor, poniendo de relieve los avances que el ser humano, a despecho de quienes piensen lo contrario, ha conseguido gracias a su tesón, al mejor uso de los recursos, a la inventiva y al talento.
El análisis se basa en comparar la vida de los ciudadanos del mundo, y pongo énfasis en la palabra ciudadanos, porque el autor encuentra que el mejor espacio para vivir es el urbano, liberando así los campos, que vuelven a poblarse de vegetación y de fauna, abonando de esta manera para el regreso de la biodiversidad.
Ridley manifiesta que el hombre no está acabándose los recursos naturales, intuye que se los está usando de mejor manera, y que inclusive la temida debacle de la sobrepoblación es algo que no se puede comprobar, dada la declinación de la tasa de nacimientos, aún a pesar de que la gente ahora vive más.
Más y mejor, podría decirse, basados en los estudios de Ridley, ya que es evidente que el promedio de vida se ha ampliado considerablemente, gracias a los avances de la medicina y la asepsia, lo que indica que la gente vive una vida de mejor calidad; sin el acoso de las enfermedades que dejaban a las mujeres postradas tras los embarazos y con el riesgo seguro de perder a la mayor parte de sus hijos antes de llegar siquiera a la infancia.
El tema de la asepsia es también uno de los que más importancia reviste, porque casi no podemos imaginarnos como eran las antiguas ciudades, sin canalizaciones, sin servicios básicos; inclusive las sociedades más adineradas no tenían acceso a sistemas de limpieza, lo que inclusive influyó para la invención y el uso de los perfumes en la cortes medievales y renacentistas.
Las ideas del autor británico son esperanzadoras para la humanidad, es un libro que debe leerse con atención, sin dejar de pensar en que la capacidad de los seres humanos se ha puesto a prueba y a vencido en innúmeras oportunidades, sobre todo cuando se actúa de manera responsable y científica.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.