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EL ASCENSO DE MARINA

La Hora

11 de septiembre de 2014

 

Las elecciones presidenciales del Brasil, las del 5 de octubre próximo, cobraron un giro hasta hace poco impensable: el que sean dos mujeres las favoritas para ganar las elecciones de este enorme país sudamericano, considerado como la séptima economía mundial, que concentra la atención del mundo en los temas deportivos, recién se celebró allí el mundial de futbol, y en el 2016 se realizarán  las Olimpíadas, teniendo como sede precisamente a la ciudad de Río de Janeiro.

 

La actual presidenta Dilma Roussef está luchando por la reelección, la que parece distanciarse cada vez más, con el avance de la candidata Marina Silva, una luchadora por el medio ambiente y la educación, cuyo ascenso aparece meteórico, sobre todo luego del fatal accidente del candidato presidencial Eduardo Campos, con quien compartía fórmula electoral.

 

Tuve la suerte de conocer a Marina Silva durante mi permanencia de tres años en el Brasil, de participar conjuntamente con ella en varias reuniones, cuando se desempeñaba como ministra de medio ambiente de su país y a mí me tocaba dirigir la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica;  compartimos criterios y sueños en relación a la Amazonía, región de la que procede y que ama.

 

Marina Silva tuvo ya una votación muy importante en las pasadas elecciones presidenciales, una votación que sorprendió a muchos, ya que su partido, el Verde, no había logrado convertirse en una fuerza descollante en anteriores oportunidades.

 

La candidata Marina Silva, es una candidata atípica, viene de la periferia del Brasil, de Rio Branco, en la Amazonía Brasilera, ha tenido una vida de lucha constante, nació en medio de la selva, trabajó en un seringal desde los cinco años, fue empleada doméstica, se alfabetizó a los 16. Tiene gran capacidad de análisis, una gran espiritualidad y ha sabido conquistar la voluntad de muchos de sus compatriotas que ven en ella la capacidad para conducir su país con firmeza, sin autoritarismos, con un profundo conocimiento de su país.

 

Me cuento entre los muchos que seguimos con entusiasmo su participación política y particularmente estas elecciones presidenciales que se acercan y que pueden significar el que una mujer amazónica gane la presidencia de su enorme, asimétrico y complejo país.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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