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PESOS Y CONTRAPESOS

El Tiempo

20 de octubre de 2015

 

Creo que siempre es necesario reflexionar sobre lo que es, sobre la esencia de la Democracia, y tal vez hoy, más que nunca, es menester el incidir en los más jóvenes y hacer que se conozca el porqué de un sistema de gobierno sobre el que se habla mucho pero se practica poco, y se vuelven palabras esenciales, conceptos trascendentes, en meros enunciados, en palabras manoseadas y muchas de las veces huecas de sentido.

Cuando pensamos en el origen del Estado, aquella forma de organización social que trata de evitar la existencia de la llamada ley de la selva, con la preeminencia de los más fuertes sobre los más débiles, tenemos que pensar también en las diversas formas que adopta el Estado, siendo aquella que nos interesa, la del Estado Democrático, en el que primen las normas construidas a través de mecanismos válidos de representatividad de los pueblos.

Por ello, la Democracia, concebida como un sistema de pesos y contrapesos, en los que unos poderes controlan a los otros, para evitar el autoritarismo, la tiranía, es tan fundamental, y hay que pensar en ella cuántas veces sea necesario.

La referencia al viejo Montesquieu es insoslayable, fue capaz de construir una teoría, un sistema que, a pesar del tiempo transcurrido, tiene vigencia, un sistema en el que los tres poderes, denominados Legislativo, Ejecutivo y Judicial, tienen que ser autónomos, vigilarse unos a otros, para  evitar los excesos, permitir que los sistemas de fiscalización se mantengan, aún a pesar de que esto pueda ocasionar molestia en los otros.

Así, el poder Ejecutivo es el que comanda la organización del Estado, el que hace, ejecuta; el Legislativo es el que hace las leyes, las modifica, dentro de cánones previamente establecidos y tiene también entre sus facultades, la de fiscalizar a las otras funciones y poderes del Estado; el Judicial está integrado por los jueces quienes deben estudiar y resolver sobre las violaciones a las leyes y están en capacidad de castigar a los infractores.

De esta manera queda constituido este sistema de pesos y contrapesos que tanta falta le hace a muchas de nuestras sociedades latinoamericanas, por ello esta reflexión y apelación.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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