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Enero 2017 

El oro de la reserva

 

Nunca me gustó la idea de prendar nuestro oro, es como hacerlo con las joyas de la abuela, como ir a la casa de empeño, pero el gobierno ecuatoriano así lo hizo; fue el año 2014, todavía en plena bonanza petrolera, cuando debíamos mas bien incrementar nuestras reservas, cuando tomando una inusitada e imprevista resolución, decidió entregar 1.165 barras del oro, o sea 466.000 onzas del preciado metal de los ecuatorianos al banco Goldman Sachs, un banco ubicado en los Estados Unidos, potencia contra la que los personeros del actual gobierno han tenido permanentes críticas.

 

Ese oro, que nunca debió salir de las arcas del estado, pasó así en calidad de depósito, con plazo fijo, a las bodegas de un banco internacional, y éste como contraparte, entregó a la sed de divisas del gobierno, algo así como 400 millones de dólares, dineros que ingresaron y se diluyeron y ahora, como toda deuda, se está en la obligación de pagar.

 

Aparentemente, el plazo para recuperar el oro, se vence en este mes de febrero, el gobierno ecuatoriano deberá pagar lo que le fue prestado más los intereses, so pena de perder ese oro de la reserva, o tal vez, y allí viene también una gran interrogante, negociar un nuevo plazo, con más intereses para botarle la pelota al próximo gobierno, a ver cómo se redime ese oro o si se da la disposición de que se lo venda en el mercado internacional, con la consiguiente pérdida que esto conlleva.

 

Las cosas nunca están muy claras cuando se trata de contratación de créditos, de renegociaciones, suele ocurrir que solo años después y cuando ya no es posible hacer nada, nos enteramos los ecuatorianos de lo que se ha hecho con nuestros recursos.

 

Perderemos el oro de la reserva? Tendremos que recomprarlo a un precio mucho mayor? Entraremos en el juego de nunca acabar de negociar y negociar y perder parte de nuestro patrimonio en el empeño? Quien está al frente del ejecutivo debe dar las respuestas que requerimos.

Rosalía Arteaga Serrano

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