ECUATORIANOS POR LOS ECUATORIANOS
El Tiempo
Abril de 2016
Se dice que en los momentos de tribulación se prueba a los amigos, y eso está ocurriendo con el Ecuador en estos tiempos difíciles, cuando una buena parte de su territorio ha sido afectado por un terremoto, el más fuerte ocurrido en décadas, con una intensidad avasalladora, que se ha encarnizado sobre todo en las provincias de Manabí y Esmeraldas, en localidades pequeñas como Pedernales y Jama, pero también en lugares más densamente poblados, como Portoviejo y Manta, lo que ha provocado que se dicte el estado de emergencia en seis provincias.
La solidaridad externa, la de los países amigos, de las personas que se sienten conmovidas con los ocurrido, es muy importante, pero también vale la pena resaltar las demostraciones internas, aquellas que se suscitan en los diferentes grupos humanos, en la generosidad y la iniciativa de los vecinos, de las organizaciones no gubernamentales que quieren aportar con su contingente para solucionar problemas, para extender la mano amiga a quienes están sufriendo, están en el desabrigo, necesitan alimentos, medicinas, ropas.
Y en este sentido esa solidaridad de los ecuatorianos para con los ecuatorianos es inmensa, y nos conmueve y hace que tengamos fe en el futuro del país, porque sus ciudadanos son personas que se duelen de los problemas y de los dolores de los otros, porque no faltan siempre las voces de aliento, pero también la colaboración económica, la de buscar en las casas los elementos que sirvan a los otros, a los damnificados.
La cuota de dolor de muchos ecuatorianos es inmensa, sobre todo para quienes han perdido a los familiares, para los que siguen hurgando en los escombros con la esperanza de que se opere el milagro y encuentren a quienes buscan, vivos, a los hijos, a los padres, a los hermanos, a los esposos.
Hay también una capacidad de sobreponerse a la adversidad, de unir esfuerzos y encarar los problemas, y esa capacidad está presente en los ecuatorianos, como lo está demostrando en estos días posteriores al terremoto. Lo importante es que las ayudas y donaciones se canalicen de manera adecuada, de tal manera que lleguen efectivamente a quienes más lo necesitan.
Mi pesar por el fallecimiento de los ecuatorianos en el terremoto, mi esperanza en que sabremos encarar los problemas y salir adelante, como individuos y como país.