DÍA DE LA TIERRA
El Tiempo
24 de abril de 2012
Ya hemos mencionado en anteriores oportunidades que el establecimiento de días especiales para celebrar determinados acontecimientos, o para llamar la atención sobre temáticas que, de lo contrario, podrían pasar desapercibidas, se hacen necesarios; por ello, en el comentario de hoy, vamos a hacer referencia a una de estas fechas, que no tiene tanta antigüedad, pero que posee una gran relevancia, sobre todo en los actuales tiempos.
Fue en 1.970, cuando a instancias del entonces senador norteamericano y gran activista en defensa del medio ambiente, Gaylord Nelson, se establece el día de la tierra, como una forma de tomar conciencia de lo que le está ocurriendo al planeta, a sus recursos, a su futuro.
La evidencia proporcionada por los estudios científicos, respecto al impacto de la población mundial, a la utilización de los recursos de la naturaleza, a la inminencia de la escasez del agua, a la contaminación del suelo y del ambiente, son suficientes motivos para prender las alertas y modificar los comportamientos, sin embargo, parece ser que los seres humanos, somos un tanto insensibles o demasiado proclives a la rutina, lo que nos hace subestimar los anuncios, los riesgos, la posible catástrofe.
Por ello, son bienvenidas estas fechas y estas conmemoraciones, porque nos permiten reflexionar, a nivel mundial, sobre las acciones que deben tomarse, de manera prácticamente imperativa para mitigar los efectos del abuso.
Precisamente para encontrar salidas inteligentes a esta serie de problemas que casi aparecen como insolubles, la Fundación ZERI, conjuntamente con la Fundación FIDAL, presentarán el libro Economía Azul, este martes, con la presencia de su autor Gunter Pauli en el auditorio de la Escuela Politécnica Nacional.
Pauli plantea una serie de ideas innovadoras, que son tomadas del funcionamiento de diversos ecosistemas, que buscan resolver problemas, generar empleo y obtener beneficios económicos, sin dañar el medio ambiente.
Ojalá que iniciativas como éstas se reproduzcan, el impacto mayor debe generarse en el sector educativo y en el productivo.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.