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CONOCER ANTES DE MORIR...

El Tiempo

11 de febrero de 2014

 

Un reciente concurso organizado por el periódico norteamericano USA Today coloca a nuestro archipiélago de Galápagos, la provincia insular, las islas Encantadas de las que se hablaba en la época colonial, en un lugar de privilegio, en el puesto número uno de los lugares recomendados y que deben visitarse al menos una vez en la vida.

 

Es decir, uno no se puede morir en paz, sin antes haber visto ese especial laboratorio natural, que le sirvió al célebre naturalista inglés para desarrollar su famosa teoría de la evolución de las especies y de la selección natural, una teoría que cambió la visión de la humanidad y que debe ser conocida y estudiada por todos los sectores, pero especialmente por los niños y jóvenes estudiantes.

 

Es interesante saber que, frente a una infinidad de alternativas propuestas, de todos los lugares del planeta, unos naturales y otros en los que se advierte la mano del ser humano, es precisamente una parte del territorio ecuatoriano, la que ha concitado tan gran interés y se coloca a la cabeza de los lugares imperdibles, que no pueden dejar de ser visitados y apreciados por todos.

 

Claro que este gran honor, tiene que ir aparejado con otros dos temas: el uno relacionado con la necesidad de precautelar este gran patrimonio de la humanidad, evitando que se presenten daños en el entorno, o que sus especies endémicas corran riesgos, o que la población aumente de manera descontrolada. El otro hace relación a la necesidad de que la visita a estos maravillosos lugares, sea controlada, ya que no se puede permitir la entrada masiva a parajes tan delicados, donde el equilibrio se ha mantenido por milenios, gracias precisamente al aislamiento que su ubicación geográfica, en medio del mar, les ha proporcionado.

 

En este sentido, corresponde a las autoridades ecuatorianas, vigilar porque las normas en cuanto a visitas y cuidados se cumplan, pero por otro lado, la gran visibilidad que tienen las islas, se puede aprovechar para también promover el turismo hacia otras regiones del Ecuador, que sin tener las restricciones que protegen a este hábitat especial, pueden salir beneficiadas con un mayor flujo de turistas que contribuyan a hacer que esta industria que tiene como ventaja el que la riqueza, los recursos fluyan y se repartan entre los diferentes estratos de la población, generando bienestar entre importantes sectores del país, sea una política de estado, que continúe al margen de las banderías políticas.

 

La ley discrimina positivamente en favor de los ecuatorianos para que puedan visitar las Galápagos, frente a los extranjeros, la conciencia debe crecer también entre nuestros conciudadanos, frente al beneficio que representa que las islas formen parte de nuestro territorio patrio, pero también sobre la responsabilidad con su cuidado, que rebasa el sólo ámbito de los gobiernos de turno y que va más allá, hacia una verdadera responsabilidad social y ciudadana.

 

Bien por las Galápagos!, bien por el país!, este es un logro de sus habitantes, del pueblo, de nosotros.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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