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CIUDAD UNIVERSITARIA

El Tiempo

12 de enero de 2011

 

En general, las noticias nos traen una recopilación de temas más bien conflictivos, e incluso de desastres, de diversa índole, como los que están arrojando los actuales desarreglos climáticos en las diferentes regiones del mundo.

 

Por ello es más necesario, cuando encontramos una noticia positiva, el destacarla, el ponerla de relieve y hacer que su conocimiento se extienda a los públicos más amplios. La noticia relevante en este sentido, que encontramos en los últimos días, es la declaratoria, por parte de la Asamblea Nacional, de la ciudad de Cuenca como Ciudad Universitaria de la República del Ecuador.

 

Esta declaratoria lo que hace es un reconocimiento del trabajo que ha realizado la ciudad, sobre todo a través de sus universidades, por mejorar la calidad de la educación y de ofrecer un entorno adecuado para que los estudiantes desarrollen sus actividades, para que los profesores, los directivos, los trabajadores de los centros universitarios, comprendan la tarea fundamental de formar al elemento humano y dotarle de las facilidades que favorezcan un mejor aprendizaje.

 

Pero, entendemos, que la declaratoria de Ciudad Universitaria, va más allá de un mero reconocimiento, tiene que ir hacia la consecución de mayores objetivos, que tiendan a posicionar a la ciudad de Cuenca como un destino no solamente nacional, sino internacional, que acoja a universitarios del mundo, para que realicen estudios en la ciudad, sea que vayan en busca de aprendizaje de un idioma o para realizar una carrera o un postgrado en los que se pueda descubrir la calidad que se requiere para concretizarlos.

 

Declarar a una ciudad como Capital Universitaria es, además, reconocer su entorno, la tranquilidad que se necesita para que los estudiosos se concreten a sus análisis, a sus lecciones; es pensar en la posibilidad de que profesores y profesionales extranjeros la prefieran para sus años sabáticos, para concretar sus estudios, para encontrar un ambiente adecuado para las reflexiones.

 

Por todo ello nos ha entusiasmado esta declaratoria, que seguramente Cuenca sabrá aprovechar en su bien y para bien del Ecuador.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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