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CAMISA DE FUERZA

El Tiempo

19 de enero de 2011

 

Dentro del ejercicio de la democracia en los países, juega un papel fundamental el marco jurídico que se construye gracias a la voluntad delegada de los ciudadanos, quienes escogen a sus legisladores para integrar las Asambleas Legislativas, los Congresos, las Cámaras, con el encargo específico de crear la normatividad que rija en determinada sociedad.

 

En el caso ecuatoriano, por todos es conocida, la decisión del régimen que nos gobierna, desde sus inicios, de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, que fue la encargada de redactar una nueva Constitución, que se ha dado en llamar de Montecristi, por el lugar en donde físicamente sesionaron los Asambleístas.

 

Dicha Constitución, que apareció como un modelo, y que se ponderó a los cuatro vientos, como el sumum de la perfección, parecería que es ahora una especie de "camisa de fuerza" para el propio régimen que la inspiró y la consolidó.

 

Esta "camisa de fuerza" que demuestra la insuficiencia de las leyes frente a las demandas del propio ejecutivo, requiere ahora ser reformada, y para ello se quiere usar, otra vez, el mecanismo de la consulta popular, para dejar en manos del pueblo las modificatorias.

 

Claro que dichas modificaciones, según parece, hasta los momentos en que redacto este comentario, van a aparecer mezcladas con otros temas, que nada tendrían que hacer en dicha consulta, como la vigencia y continuación de las corridas de toros por ejemplo.La preocupación está dada, tanto por el uso del mecanismo de la consulta popular, como por el número de preguntas que se harán, y que nada tienen que ver las unas con las otras. Toros mezclados con el tema de la explotación del ITT en la zona del Yasuní. Modificación del sistema Judicial con el endurecimiento de las penas....

 

Es preocupante que a tan poco tiempo de construido un cuerpo legal, se argumente ahora que es insuficiente y que necesita ser modificado, eso indica que todavía el Ecuador no está maduro, que la debilidad y fragilidad de las instituciones continúa.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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