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CAMINO AL DESPEÑADERO

El Correo

Junio-2016

 

La emisión de dinero electrónico y su uso generalizado en nuestro país, en manos del Banco Central del Ecuador, aparece como una ruta hacia un camino cierto: el del descalabro de la economía, la posibilidad de emitir dinero inorgánico, la certeza de que vendrán devaluaciones y de que la economía ecuatoriana terminará por ponerse en condiciones similares o aún peores a las que tuvimos en los día previos a la dolarización.

 

Desde inicios del actual gobierno, se habló insistentemente de que al jefe del estado ecuatoriano no le agradaba el esquema de la dolarización, e inclusive se mencionaba una posible salida de este esquema monetario, afirmaciones que siempre eran desmentidas desde las más altas esferas gubernamentales, seguramente bien inteligenciadas de que el sistema de economía dolarizada gozaba y goza de la mayor aceptación de la ciudadanía ecuatoriana.

 

Estos desmentidos vienen ahora a estrellarse con la puesta en vigencia del sistema de dinero electrónico, ya que el fin último de la medida desembocará, precisamente, en un proceso de desdolarización, insostenible e incompatible con una moneda electrónica paralela, que muchos tememos se devaluará rápidamente en una economía en crisis que se deteriora rápidamente.

 

Si, como sabemos y las áreas financieras del gobierno así lo han manifestado, los actuales precios del petróleo, los costos de producción, los contratos de preventa del petróleo, nos dejan con saldos negativos, si también sabemos que los procesos de endeudamiento, aún los agresivos, tienen un límite, que las tasas de interés con las que se han contratados los créditos son mucho más altas que las que contratan nuestros vecinos, si el aparato productivo se ha contraído y muy pronto ya no habrá a quien cobrar impuestos, el panorama se presenta como desolador.

 

Por ello es que la figura del despeñadero o del abismo, aunque aterradora, aparece como una posibilidad real para la economía ecuatoriana.

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

 

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