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BASES MILITARES

La Hora

20 de marzo del 2014

Desde el fin de la Guerra Fría, aquella que enfrentó al planeta a una puja por parte de los dos países más poderosos de la tierra, la entonces URSS y Los Estados Unidos de Norte América, quienes se consolidaron como potencias mundiales, luego de la segunda guerra mundial, nunca hemos sentido de manera tan evidente, un afán por reeditar ese enfrentamiento y despliegue de iniciativas, que podrían intentar recuperar, por parte de la actual República Rusa, el poderío económico y militar de la ex URSS.

 

Vladimir Putin ha dado demostraciones de una ambición sin límites, pero también aparece como dueño de una mente analítica y calculadora, que no deja escapar las oportunidades que se le ofrecen y que se basan en un debilitado liderazgo de los Estados Unidos y también en una angustiada Unión Europea, que no logra salir de la difícil situación económica que ocasiona desempleo, emigración, pobreza, entre otras cosas.

 

La crisis de Siria fue muy bien utilizada por el líder ruso, quien actualmente exhibe una posición dura en el conflicto de Ucrania, sobre todo en la región de Crimea, una posición que no quiere ceder, porque no solamente que allí se encuentran importantes productos como el carbón y el hierro, sino porque también allí se ubica una base militar rusa, en la zona del mar Negro.

 

Ucrania, y particularmente Crimea, son importantes para Rusia, no olvidemos la relevancia que tuvo para el zar Nicolás I la cruenta y larga guerra de Crimea.

 

Rusia hizo un gran esfuerzo económico para mostrar su poderío en los recientes juegos de invierno en Sochi, y Vladimir Putin no vacila en iniciativas que lo posicionen como el nuevo líder del mundo.

 

Por ello, no sorprende escuchar declaraciones en las que se insinúa la posibilidad de que Rusia instale bases militares en América Latina, se han señalado como posibles en Cuba, Nicaragua y Venezuela, lo que vendría a configurar un escenario de alto riesgo para la paz de la región, considerando la cercaníageográfica y económica de nuestra América con los Estados Unidos.

 

Es importante recordar los riesgos de "jugar con fuego" y la necesidad de mantener una neutralidad que es vital y que aleje de los escenarios de la geo política mundial en temas de enfrentamientos bélicos a los países de América Latina.

 

Si en nuestros países se ha protestado por la instalación de bases norteamericanas, me asombra que nada se diga de la posibilidad de que los rusos se instalen en el continente.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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