ALGO BUENO SALDRÁ
El Tiempo
28 de abril de 2014
Pese al escepticismo de algunos, y a las dudas de otros, yo soy de las personas que cree que en educación hay que sembrar para el futuro, pensando en el largo plazo y no en la inmediatez del momento.
Por ello me parece muy interesante el programa que permite a los jóvenes estudiantes ecuatorianos obtener becas de estudios de posgrado en el exterior, financiadas por el estado ecuatoriano, en las mejores universidades del mundo, y en las más diversas áreas; lo que, si bien no arroja resultados inmediatos, estoy segura de que permitirá, en el futuro, ir formando al talento ecuatoriano que luego revertirá lo aprendido en bien del país.
Son cientos y hasta miles de jóvenes ecuatorianos, hombres y mujeres, de las diferentes provincias del país, que dejan sus hogares y se van con la ilusión de estudiar, de abrir horizontes, de traer nuevos conocimientos que serán aplicados.
Entiendo que ya algunos de estos jóvenes han regresado, lo importante es insertarles en medios laborales que sean estimulantes, que les permitan poner en práctica los conocimientos adquiridos y que se formen grupos de estudio, de profesionales, de maestros, que vayan creando esos polos de crecimiento de talento, que tan necesarios son para países que como el Ecuador están intentando crecer en la formación de talento humano y también abrir brechas en la generación y aplicación de ciencia, de tecnologías, de innovación.
Hay que prestar atención a que los jóvenes formados en esas universidades internacionales, retornen al país, que piensen que su compromiso va más allá de estudiar, en el sentido de devolver a la sociedad a la que se deben, las ventajas de los estudios realizados.
No es la excepción que los jóvenes pongan sus miras es hacer sus estudios en universidades y centros de estudio de excelencia, eso es positivo, abonará a ir generando cada vez más, mejor materia prima para el desarrollo del país en su conjunto. Si son muchos esos jóvenes que vienen con su diploma de masters o PHDs bajo el brazo, con ganas de trabajar por su país, estoy segura de que algo bueno saldrá de todo esto.
Recuerdo que cuando se produjo el primer boom petrolero, decíamos que no se había "sembrado" el petróleo, que no se habían destinado grandes recursos a la educación, parece que en este segundo boom del petróleo, algo de ese dinero se está invirtiendo en la educación y yo estoy de acuerdo con esa inversión.
ROSALÍA ARTEAGA SERRANO