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AHORA SE PUEDE

La Hora

29 de agosto de 2012

Cuando se habla de libertades, en lugares cercanos o distantes de aquel donde han sido cercenadas o coartadas, es a veces difícil hacerse a una idea de lo que realmente ocurre. Por ello se dice que la gente se da cuenta de lo que se tiene, únicamente cuando se pierde. Así, por ejemplo, cuando existe guerra o intranquilidad social, se valora más la paz.

 

Eso mismo ocurre con las libertades, al menos cuando los cortes son graduales, ocurre lo que con la anécdota del sapo, que se va acostumbrando y hasta amando paulatinamente el agua tibia en la que se le coloca, sin darse cuenta de que lo están cocinando, y cae en cuenta de lo que le pasa cuando ya es muy tarde y ha perdido la capacidad de reacción.

 

El tema de la libertad es por ello tan sensible, pero vale la pena reflexionar sobre su falta, sobre su carencia, y el motivo para ello nos viene dado por una disposición reciente en la isla de Cuba, en donde gobierna por décadas la dictadura castrista. esa disposición permite escuchar por la radio las canciones de las extraordinarias artistas cubanas Gloria Estefan, Celia Cruz y también de Willy Chirino o Bebo Valdés, artistas que, aunque no tenían una "censura" oficial, fueron condenados al ostracismo, dado que habían abandonado la isla y habían hecho fuertes críticas a la revolución cubana de 1959.

 

Que lo oficial se meta hasta en el fuero interno de las personas, parece inadmisible, hasta con la música que la gente oye en sus casas y cuyas letras ni siquiera hacen referencia a temas políticos. Ya vimos como hace no mucho se liberó la posibilidad de que los cubanos pudieran comprar electrodomésticos.

Es bueno pensar en este tipo de situaciones que se han dado en nuestra propia América para saber discernir lo que es libertad y lo que no, y la maravilla que es poder ejercerla, cuidando que no la perdamos a la vuelta del camino.

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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