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A DÓNDE VAMOS SIN LOS SUBSIDIOS?

El Tiempo

2 de septiembre de 2013

Hace unos pocos días, tuve la oportunidad de participar en un diálogo con destacados economistas y hacedores de opinión pública sobre un tema de relevante actualidad: qué hacer en el caso de que se acaben los subsidios en el Ecuador? Tal como se ha anunciado reiterativamente en estos últimos tiempos. Dichas conversaciones sugirieron en mí algunas reflexiones que quiero compartirlas. 

 

Sabemos que el tema es delicado, por supuesto que siempre sale a relucir lo ocurrido con gobiernos que se atrevieron a pensar en acabar con el subsidio al gas, un tema extremadamente sensible, porque se evidencia la magnitud del uso del gas en la vida diaria de los ecuatorianos, ya que la mayor parte de cocinas son a gas, así por ejemplo buena parte de la comida, del pan que se vende en las ciudades grandes y pequeñas, es elaborado en cocinas y en hornos de gas. 

 

El tema alcanza imponderable importancia cuando se habla de la terminación de subsidios a otros combustibles como el diesel y la gasolina. 

 

La eliminación de estos subsidios, o el reemplazo por otros, indudablemente va a repercutir en el costo de la vida, ya que subirá el precio del transporte, por más que se subsidie el transporte público de pasajeros, ya que el transporte de carga también puede  sufrir un incremento considerable. 

 

Otro tanto puede ocurrir con el diesel usado para embarcaciones de pesca, que encarecerá el precio de los pescados para el consumo tanto interno como para la exportación. 

 

El Ecuador invierte también considerables recursos en los bonos solidarios, encaminados al quintil más bajo de la población. Existe preocupación en los grupos feministas, puesto que el bono retiene a la mujer en la casa, sin que muchas veces se inserte en el mundo laboral. 

 

Todo ello me hace pensar que los gobernantes, antes de tomar decisiones capitales, como las que comentamos en este artículo, deben tener una visión global de las posibles consecuencias de sus actos, visiones que deben estar acompañadas por estudios profundos, como aquellos que proporcionan los centros de modelamiento matemático, que ya funcionan en diversos países, inclusive de nuestra América.

 

Estos centros proveen de una visión de prospectiva, basada en el estudio de la realidad, que colocan al mandatario o a las autoridades rectoras en capacidad de tomar decisiones.

 

 

 

ROSALÍA ARTEAGA SERRANO.

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